Este proyecto nace a raíz de la muerte de mi padre, un hombre amante del arte, conocedor de las formas y los materiales.
Cuabndo murió mi corazón se lleno de angustia al no saber en qué espacio él querría estar resguardado.
Para mí, el preservar las cenizas de un ser querido es tan sagrado como el cuidarlo en vida.
Es así como después de buscar el espacio ideal para que los restos de mi padre descansaran en paz, encontré el abrazo de su madre a través de un objeto de cerámica que ella misma había creado años atrás. Pensé que al estar en esa urna, el volvería a ser abrazado por ella, al igual que por elementos naturales como el barro.
Un año después de tomar esta decisión, me encontré en la misma necesidad de escoger un objeto único y especial para mi adorada madre, ya que hora necesitaba un abrazo eterno.
Encuentro así, en las manos de creadores indígenas mexicanos, la belleza, la calidez y la fuerza del elemento perfecto para que nuestros seres queridos descansen en paz, eternamente abrazados.
